viernes, 3 de septiembre de 2010

CAMPAÑA ELECTORAL *


No hemos llegado ni a la mitad del día y te sientes cansado, por muchas cosas y de repente ya llego la noche, vemos de casualidad las noticias sobre inseguridad ciudadana y sobre accidentes en las carreteras, cosa que por terrible que parezca ya no nos extraña. Así, hemos pensado durante todo el día que es lo que tenemos que hacer en nuestros trabajos respectivos, como por ejemplo ¿Qué es lo que dedo de decir?, ¿Qué es lo que debo de escribir?. ¿Qué es lo que debo de hacer?.

Aún podemos ver la suciedad de las calles, las pintas en las paredes y hasta los stickers que, se sacan y/o despegan con dificultad de alguna superficie.

Algunos no pensamos en la consecuencias, algunos nos resistimos a creer que si el fin justifica los medios no queda nada más cierto que la desesperanza para los derechos de los ciudadanos.
Si bien es cierto que la campaña electoral tiene etapas o fases que se interrelacionan por tener un orden preestablecido, no debemos de dejar de tener en cuenta su objeto.
Al mencionar su objeto claramente nos estamos refiriendo a “lograr la mayoría de los votos”, en cierta forma, el alzarse con la victoria. Desde otro punto de vista podemos decir que sirve de publicidad para muchas personas que según ellos tienen las ideas claras y tienen planes concertados o planes de gobierno que tengan la calidad de óptimos. Dicho de otro modo, resulta prioritario el entender en su cabalidad los elementos que nos permitirán hacer una verdadera campaña electoral.

Al entender a la acción política como el paso de las necesidades personales a las necesidades colectivas, podemos entender las características de una campaña electoral. Por detallar algunas tenemos: su temporalidad, dentro de la misma observamos lo que a diario en pasa por nuestros días, por ello es fundamental que se limiten los tiempos y se limite su uso para cosas relevantes.
Lo que tratan de hacer es vendernos un producto, un producto que tenemos que aguantar por mucho más tiempo del que ellos hacen uso para promocionarlo; así es que, basan su marketing político en las necesidades de la gente, y en los servicios que dicen ser adecuados para los demás (los electores).

Los elementos de la campaña electoral difieren por sus fines y sus objetivos; ahora bien, sin descuidar cada uno de sus elementos que puedan o no desarrollarse doctrinariamente, el ciudadano debe tener en consideración principalmente dos puntos. Aquello que podemos hacer y aquello que no debemos hacer; lo que podemos hacer es simple, es guiarnos por nuestras buenas referencias y por la calidad de servicio, y lo que no debemos hacer es demostrar simpatías falsas y ánimos arribistas.

Como ya se dijo el tiempo es fundamental tanto para la estrategia que fijen adecuadamente los partidos políticos, y aún más para el elector que se ve abrumado por la gama de caras y colores.
Visto esto, tengamos fe en nosotros y pongamos todas las esperanzas en nosotros mismos, para cambiar un poco, por lo menos un poco nuestro sistema democrático.


* OPINIÓN PUBLICADA EN MI COLUMNA -PREGUNTAR X PREGUNTAR- DEL DIARIO LOS ANDES EN FECHA 02 DE SEPTIEMBRE DEL 2010.

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